Hipnosis Clínica
HIPNOSIS CLÍNICA
Numerosos estudios han demostrado que la hipnosis clínica es un procedimiento válido y fiable para el tratamiento de problemas físicos y psicológicos, como la ansiedad, los miedos y las fobias o el dolor, entre otros.
Es bien conocida su utilidad para dejar de fumar o como apoyo en dietas de adelgazamiento.
Qué es la hipnosis clínica:
La hipnosis clínica es un proceso de imaginación controlada, por el cual un especialista debidamente acreditado ayuda a una persona para que experimente una serie de cambios que pueden darse a distintos niveles: pensamientos, sentimientos, sensaciones y conductas.
El terapeuta ayuda a la persona a focalizar toda su atención en algún aspecto interno o externo a sí misma, de forma que consiga entrar en un estado de profunda relajación y bienestar en el que podrá potenciar todos sus recursos internos.
Aunque la persona se relaja durante la terapia de hipnosis, nunca llega a dormirse, ya que mantiene el control de lo que sucede en todo momento. De hecho, los procedimientos de hipnosis buscan aumentar el nivel de consciencia y autoconocimiento personal mediante la inducción de estados agradables como la relajación, razón por la que se pueden conseguir resultados de forma más rápida y con menor sensación de esfuerzo que sin la hipnosis.
Así, las personas encontrarán formas creativas de solucionar sus problemas, aprenderán a conocerse mejor a sí mismas y mejorarán la sensación de autocontrol y autoestima.
Qué no es la hipnosis clínica:
Durante muchos años se han ido extendiendo una serie de mitos sobre la hipnosis que deben eliminarse para evitar falsas expectativas sobre este proceso:
La hipnosis clínica no supone entrar en un estado de trance en el que la persona pierde el control sobre sus actos, pensamientos o sentimientos. Si bien es cierto que los cambios se viven con una sensación de involuntariedad, esto hace referencia a que se pueden hacer de forma semi-automática, sin necesidad de dedicar un exceso de esfuerzo o atención. Los estados neurofisiológicos de la hipnosis son similares a los de la relajación profunda y no tienen nada que ver con los estados del sueño u otros estados alterados de conciencia, como los inducidos por sustancias.
Por lo tanto, la persona hipnotizada jamás podrá hacer cosas en contra de su voluntad. Al contrario, mantiene el control de la situación y puede marcar el ritmo de la sesión y los contenidos a trabajar. Es imposible anular la voluntad de una persona mediante hipnosis.
La hipnosis no produce reacciones espectaculares o mágicas. Las reacciones que provoca la hipnosis son diversas, pero todas entran dentro del repertorio de conductas normales que cada persona tenga. Lo que sí consigue la hipnosis es movilizar o activar recursos internos que las personas podían desconocer hasta el momento.
La hipnosis no es una terapia en sí misma, por lo que es necesario complementarla con otras técnicas para potenciar su eficacia.
La hipnosis no hace milagros. Aunque las personas ven muy reducida su sensación de esfuerzo, deben colaborar con la terapia; uno debe desear realmente el cambio para que la hipnosis, al igual que cualquier tratamiento psicológico, surja efecto.
Conviene evitar la idea de que con una sola sesión de hipnosis se conseguirá solucionar cualquier problema. Cualquier especialista con experiencia en este campo sabe que no todos los problemas son iguales y que cada persona es un mundo. Aunque algunas personas podrían requerir menos sesiones que otras, es muy complicado conseguir un éxito duradero con una sola sesión.
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