Doce razones para ir al psicólogo
¿CUÁNDO DEBEMOS CONSULTAR A UN PROFESIONAL?
Tomar la decisión de acudir a un psicólogo no es tarea sencilla. Cuando nos sentimos mal, es probable que nos invadan aun más inseguridades y dudas que nunca: ¿De verdad necesito ayuda psicológica? ¿Estaré exagerando? ¿Si espero un tiempo, desaparecerá el problema? ¿Cómo va a ayudarme un psicólogo?
Cuando sufrimos cualquier molestia física, acudimos rápidamente a un especialista y ponemos solución. Al igual que nos preocupamos por nuestra salud física, deberíamos cuidar también nuestro mundo interno; cada uno de nosotros es un “todo” cuerpo-mente y nuestro bienestar global va a depender en igual medida de ambos. Sin embargo, cuando estamos deprimidos, apáticos, estresados o tenemos constantes conflictos con las personas que nos rodean, tratamos de ignorar el problema o intentamos solucionarlo a nuestra manera.
Acudir al psicólogo en un momento difícil es algo natural, pero hoy en día muchas personas piensan que ir al psicólogo implica tener alguna enfermedad mental o un trastorno grave ¡Nada más lejos de la realidad! Hay muchos motivos para plantearse acudir a un psicólogo, motivos normales que cualquier persona normal puede tener en algún momento y que no constituyen un trastorno mental en absoluto:
- Empiezas a pensar que estás perdiendo el control de tu vida y de tus emociones. Te sientes triste, melancólico, irritable, irascible…
- Notas que el estrés del día a día comienza a pasar factura
- Sientes que tienes una adicción, como el tabaquismo; quieres dejar de fumar, pero no puedes.
- Has sufrido una pérdida que no puedes superar
- Tienes problemas con la familia, los hijos, la pareja, los amigos, los compañeros…Los conflictos, discusiones o malentendidos comienzan a ser demasiado frecuentes.
- Piensas que el mundo está en tu contra y que todo te sale mal
- Tus pensamientos comienzan a teñirse de negro y eres incapaz de ver la luz al final del túnel.
- Das muchas vueltas a las cosas, cosas que pasaron, cosas que pudieron ser pero no fueron y cosas que podrían suceder.
- Sientes una gran inseguridad ante determinadas situaciones y comienzas a evitarlas o a afrontarlas con gran ansiedad.
- Eres presa de la tristeza y apatía. No tienes ganas de hacer nada, aunque sean actividades de ocio.
- Tienes muchas dificultades para descansar, te cuesta dormirte o te despiertas varias veces durante la noche.
- Piensas que la vida carece de sentido, estás perdiendo la esperanza y la ilusión
Como hemos visto, no hace falta encontrarse en una situación extrema o tener un trastorno grave para acudir al psicólogo. Son situaciones normales que, en un momento dado, nos hacen sufrir más de lo normal; el psicólogo acompaña a personas que se han mantenido fuertes durante mucho tiempo, hasta que han llegado al límite de su resistencia.
Si sientes que necesitas ayuda, que tu malestar no es pasajero, que no puedes hacer frente a determinadas situaciones como rupturas, pérdidas o cambios; si notas que la cólera, la tristeza o la desgana gobiernan tu vida, es aconsejable recibir un tratamiento psicológico para poner fin al sufrimiento.
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