Pesadillas y terrores nocturnos: por qué ocurren y qué podemos hacer para evitarlo
PESADILLAS Y TERRORES NOCTURNOS
¿POR QUÉ SUCEDEN? ¿QUÉ PODEMOS HACER?
Dormir es una necesidad biológica, tanto para niños como para mayores. ¿Qué sucede si un día no duermes bien? Al día siguiente estás cansado, te falla la concentración, cometes más errores y baja el rendimiento en el trabajo. Te encuentras más irritable y de peor humor. Pues con los niños sucede lo mismo. Pesadillas y terrores nocturnos dificultan en descanso y, por tanto, pueden estar relacionados con otros problemas que el niño manifieste durante el día.
Un adecuado descanso nos ayuda a reponer energías; cuando el niño duerme bien, al día siguiente mejora su estado de ánimo, su comportamiento y su capacidad de concentración y rendimiento escolar.
Muchos niños sufren pesadillas y terrores nocturnos, lo que puede llegar a preocupar seriamente a los padres. Sin embargo, son fenómenos normales, que no tienen porqué estar relacionados con algún tipo de problema psicológico.
¿Qué son las pesadillas?
- Son sueños largos, de contenido desagradable, que provocan terror y ansiedad en el niño
- Aparecen generalmente en la segunda mitad de la noche, en alguna fase poco profunda del sueño
- Cuando el niño se despierta, permanece asustado pero se deja consolar por sus padres.
- Si le preguntamos, recuerda el contenido de la pesadilla con ciertos detalles. Puede recordarlo a la mañana siguiente
- Son habituales de los 8 años 10 años, aproximadamente
¿Qué cosas favorecen las pesadillas?
- En ocasiones podrían estar relacionadas con algún acontecimiento que ha asustado al niño: algo que les haya sucedido, o que hayan visto, por ejemplo, en la televisión.
- Las cenas abundantes o pesadas
- Los niños más miedosos o inseguros, tienen más pesadillas. Evidentemente, las pesadillas están relacionadas con miedos infantiles.
- Suelen aparecer en niños sometidos a estrés en casa o en el colegio.
¿Qué podemos hacer para que nuestro hijo no tenga pesadillas?
- Lo primero que debemos tener en cuenta es que las pesadillas que aparecen de vez en cuando, son normales. No debemos alarmarnos.
- Cuando el niño se despierta, debemos tratar de tranquilizarle en ese momento.
- Cuando le tranquilicemos, es mejor no preguntar qué ha soñado. Si vamos a hablar de ello, es mejor hacerlo durante el día.
- En niños muy miedosos es mejor evitar que esté en contacto excesivo con cosas que le provoquen terror
- Evitar llevar al niño a dormir con los padres, pues eso puede alterar las rutinas del sueño.
- Evitar el estrés, sobretodo en las horas antes de dormir
- Si se repite la misma pesadilla, debemos analizar qué le está provocando angustia y buscar soluciones.
¿Qué son los terrores nocturnos?
- Es el miedo intenso que aparece en mitad de la noche y que provoca un despertar brusco y violento en el niño. Estos episodios duran entre 10 y 20 minutos
- Aparecen generalmente en la primera mitad de la noche, en una fase muy profunda del sueño.
- Cuando el niño se despierta, permanece muy asustado, confundido, da golpes y gritos. Son episodios muy escandalosos, pero el niño no sufre.
- Es muy probable que el niño no responda cuando se le habla durante el episodio. Puede que incluso ni siquiera reconozca a sus padres. Lo que sucede es que durante los terrores nocturnos, los niños no están completamente despiertos.
- Por más que lo intentemos, lo más seguro es que no podamos calmarle durante el episodio.
- A la mañana siguiente, no suelen recordar nada.
- Aparecen entre los 2 y los 4 años; suelen perdurar hasta los 7 años o hasta la adolescencia en algunos casos.
- Suelen haber antecedentes de terrores nocturnos o sonambulismo en la familia
¿Qué cosas favorecen los terrores nocturnos?
- Diversos estudios han demostrado que los niños que llegan a la cama demasiado cansados, tienen más probabilidad de sufrir terrores. Al llegar muy cansados, caen en un sueño profundo más rápidamente, lo cual aumenta las posibilidades de que aparezcan.
- Pueden estar relacionados con problemas psicológicos o miedos intensos de los niños, aunque de forma menos frecuente que en las pesadillas.
¿Qué podemos hacer para que nuestro hijo no tenga terrores nocturnos?
- Los padres deben permanecer junto al niño durante el episodio para evitar que se haga daño (aunque intentar calmarle sea inútil) y nunca deben intentar despertarlo.
- Pasado el episodio, es mejor no preguntar qué es lo que soñaba ni sacarle de la cama. Lo adecuado es dejarlo dormir de nuevo. El niño suele permanecer medio dormido durante el episodio, de forma similar (aunque no es lo mismo) a lo que sucede en el sonambulismo.
- Cuidar las pautas del sueño: instaurar unas rutinas o rituales fijos antes de dormir. Por ejemplo, tener un horario fijo para dormir, leer un cuento, o llevar a cabo una actividad relajante previamente
- Permitir que el niño descanse durante el día, para que no llegue excesivamente cansado a la cama. Una pequeña siesta puede ser de ayuda.
- Al igual que en las pesadillas, evitar cenas pesadas, tardías y cualquier tipo de estrés antes de dormir.
Si tras aplicar estas pautas, pesadillas y terrores nocturnos siguen apareciendo de forma prolongada, sería adecuado consultar con un especialista. Puedes conocer más sobre nuestro trabajo con los niños en el siguiente enlace: Psicología infantil
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