Mi hijo no come. Pautas para padres
¿Te preocupa que tu hijo no coma?
Conseguir que los niños coman de todo es un foco de preocupación en muchos hogares. En algunos casos, la hora de comer se convierte en una auténtica batalla campal entre hijos y padres. En este artículo hablaremos sobre ciertos momentos clave del desarrollo de los hábitos alimentarios y daremos una serie de pautas para ayudar a los padres en este proceso.
Las experiencias que los niños tienen con la comida dejan huella en el desarrollo de sus hábitos alimenticios. Por ello, la educación de los padres en este aspecto es fundamental. Pero cada vez más personas acuden a pedir ayuda por el siguiente motivo: mi hijo no come.
Algunos momentos clave durante la infancia:
- Lactancia y primeros meses de vida: El niño ve cubierta la necesidad de ser alimentado junto con la necesidad de afecto y cercanía a otra persona. Durante los primeros meses del bebé se va gestando la relación de apego. Naturalidad, calma y afecto durante la alimentación del bebé contribuirán al desarrollo de un apego seguro y sentará unas primeras bases para que el niño tenga una buena «relación con la comida».
- Introducción de nuevas texturas y sabores: El momento en el que comenzamos a ofrecerles nuevas texturas y sabores es un momento clave, pues es cuando aparecen las primeras preferencias o aversiones. No debemos forzar NUNCA al bebé a comer determinados alimentos demasiado rápido, ellos irán aprendiendo a experimentar y probar las nuevas texturas y alimentos poco a poco. Si tu hijo no come determinados alimentos al principio, no te agobies ni le agobies.
- A partir del primer año el bebé necesita explorar e ir ganando autonomía. Para los niños aprendizaje y juego son dos procesos que van de la mano; mientras descubre los nuevos alimentos, se divierte y obtiene satisfacción. En esta etapa debemos favorecer que tenga sus momentos de experimentar con la comida, de aprender a llevarse la cuchara a la boca aunque se le caiga todo por el camino, o de comer con las manos; de ponerlo todo perdido y de tardar horas en comerse una galleta.
- Al partir del año y medio, el ritmo de crecimiento se ralentiza. Por ello es normal que los niños, de repente, coman menos. Van a tener varios periodos de menor apetito, normales durante la infancia. Muchos padres pueden asustarse y obligar al niño a comer más de lo que requiere su organismo, siendo esto bastante negativo para el desarrollo de los buenos hábitos alimentarios.
- A los 2-3 años llega la etapa de las rabietas. Podrán aparecer durante la hora de comer y debemos manejarlas de manera adecuada para que no asocien la alimentación a emociones negativas e incontrolables.
- A medida que crecen, los niños van aprendiendo a manejar sus necesidades internas, comen si tienen hambre, beben si tienen sed. Uno de los hábitos alimentarios más importantes es el de comer según la necesidad; esto se aprende a lo largo la infancia, según los padres sepamos reconocer cuando el niño no puede más y no forzarle.
Si tu hijo tiene dificultades con su alimentación, hay algunos aspectos a tener en cuenta antes de empezar a actuar:
- Es normal que niños sólo quieran comer unas pocas cosas. Este comportamiento es más natural de lo que podemos imaginar y suele estar relacionado con un miedo ancestral del ser humano, que es el miedo a lo desconocido; en este caso a probar un alimento nuevo que pueda resultar tóxico. Probar algo nuevo es difícil cualquier niño. Por lo tanto, el primer y más importante consejo es el siguiente: si tu hijo se niega a comer algo nuevo, es absolutamente normal, no lo veas como un problema, sino como un mecanismo evolutivo que superará con el tiempo. Que se vaya acostumbrando a verlo sobre la mesa y que otros lo coman puede ayudar a que aumente su confianza para probarlo.
- Esta tarea educativa requiere constancia, paciencia y grandes dosis de afecto. No se aprende a disfrutar de la comida (ni de nada) a base de gritos y amenazas.
- Gestiona bien tus emociones, tu ansiedad, tu enfado, tu miedo. La forma en que los padres afrontan sus emociones son un ejemplo para los hijos. No permitas que la hora de comer se convierta en la hora de los gritos.
Algunos consejos para padres:
- Sé un ejemplo a la hora de comer. Sigue una dieta completa, saludable y variada. Si tú comes de todo y con gusto, probablemente tu hijo acabará haciendo lo mismo.
- Crea un buen clima familiar a la hora de las comidas. Hablar de temas agradables ayudará al niño a asociar la comida a situaciones agradables y placenteras.
- Evita que el niño picotee entre horas. Además de no ser un buen hábito, debemos conseguir que llegue con hambre a la mesa.
- Establece una rutina para las comidas: un horario fijo, un tiempo mínimo (20 minutos) y uno máximo (unos 30-40 minutos). Nunca dejes al niño durante horas sentado a la mesa, eso sólo aumentará su aversión a esa comida. Si tras finalizar el tiempo máximo para comer ha terminado, lo más aconsejable es retirar el plato.
- Evita distracciones y juegos durante la comida. Aunque de bebés era necesario, a medida que crecen ya no lo es tanto.
- No caigas en el típico: “si te comes la verdura te daré helado de postre”. Le estás enseñando que la verdura es el castigo y el helado el premio. Un mal plan.
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