11 maneras de reducir el estrés y la ansiedad

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APRENDE 11 TRUCOS PARA REDUCIR EL ESTRÉS FACILMENTE

 

Hace aproximadamente 10 años, la Organización Mundial de la Salud advirtió sobre la que sería una de las enfermedades con mayor prevalencia del siglo XXI, para la que utilizó el término “epidemia”; esa enfermedad era el estrés. Y ¿quién no ha oído hablar hoy en día del estrés? ¿Quién no se ha sentido estresado alguna vez? ¿Cuántas veces habremos pensado que deberíamos reducir el estrés en nuestro día a día?

Podría decirse que el estrés es habitual en la vida de todo ser humano. Nadie se extraña cuando comentamos que nos sentimos estresados en el trabajo, o por estar en el paro, por los hijos, por los padres, por los problemas económicos, por los exámenes y, en definitiva, por cualquier situación que suponga un sobreesfuerzo o una necesidad de adaptación por nuestra parte.

El término estrés se emplea frecuentemente para describir la sensación que se produce ante las cosas que nos preocupan o que desbordan nuestros recursos, por lo que se denomina coloquialmente estrés a la ansiedad, a la preocupación, a los nervios o a la irritabilidad. (Simón y Miñarro, 1990).

 

Ya en el anterior post afirmábamos que sentirse estresado ante determinadas situaciones es una reacción natural y necesaria que no tiene nada de negativo. Al contrario, el estrés, en dosis moderadas, puede llegar a ser un poderoso aliado que te empuja a hacer algo, a actuar, a ponerte en marcha.

Es el estrés el que hace que te pongas las pilas para estudiar un examen o sacar tu trabajo adelante. Es estrés consigue que te enfoques en la tarea, que te concentres, que pongas todos tus sentidos en aquello que demanda tu atención para que salgas exitoso. Pero ojo, esto ocurre si el estrés aparece con una intensidad moderada y por un breve periodo de tiempo. Si sufrimos una crisis de ansiedad o padecemos de estrés crónico, este interesante recurso biológico pierde sus propiedades positivas. Por ello es importante que aprendamos a reducir el estrés y la ansiedad, pero no que lo eliminemos del todo.

 “Es difícil vivir con estrés, pero imposible vivir sin él Levine y Ursin (2004)

 

Si no ponemos medidas para reducir el estrés y vivimos una vida en permanente estado de agitación, enfrentándonos constantemente a situaciones que provocan angustia y rumiando nuestras preocupaciones sin parar, nuestro cuerpo y nuestra mente pueden llegar a una fase de agotamiento de recursos. El estrés crónico puede llegar a producir una larga lista de enfermedades y molestias:

  • Problemas cardiovasculares
  • Dolores de cabeza, migrañas, jaquecas
  • Problemas gastrointestinales, dolores de estómago, colon irritable
  • Fatiga crónica
  • Incapacidad para concentrarse y pérdidas de memoria
  • Insomnio
  • Alteraciones del estado de ánimo: el estrés crónico puede llegar a producir cambios en ciertas estructuras cerebrales que estarían en la base de determinados trastornos de ansiedad o incluso de la depresión.

 

Hasta aquí, parece clara la importancia de controlar nuestros niveles de estrés y ansiedad; por ello proponemos a continuación 11 sencillas técnicas para reducir el estrés y la ansiedad.

 

¿Qué podemos hacer para reducir el estrés?

  • Conócete a ti mismo: aprende a identificar qué situaciones te provocan mayor angustia y revisa tu forma de afrontar los problemas, cómo te valoras a ti mismo y qué significado das a las cosas que te suceden
  • Trata de buscar soluciones de una en una.
  • Cuando estés preocupado por algo, puedes plantearte las siguientes preguntas: ¿Es realmente posible que ocurra lo que estoy pensando? ¿Puedo hacer algo para cambiar la situación? ¿De qué me sirve preocuparme?
  • Actúa sobre lo que puedes solucionar
  • Acepta que hay cosas que no están bajo tu control
  • Disfruta del presente: pensar demasiado en el futuro aumenta nuestra ansiedad
  • Trabaja tu inteligencia emocional
  • Cuenta con tus amigos y familiares: se ha demostrado que el apoyo social es uno de los más potentes antídotos contra el estrés, la ansiedad, la depresión y, en definitiva, ante cualquier problema emocional.
  • Dedica tiempo al ocio: involúcrate en actividades que te resulten atractivas, que te gusten o que te relajen. Es muy importante distraernos de nuestras preocupaciones.
  • Haz deporte: así podrás eliminar esa acumulación de energía que tu cuerpo no ha podido expulsar.
  • Dedica al menos 10 minutos al día a practicar alguna técnica de relajación, pues producirá la reacción contraria a la del estrés, contrarrestándola y te ayudará a despejar la mente de las preocupaciones, dándola “un respiro”.

 


Recuerda que la clave para reducir el estrés o la ansiedad está en ti mismo, eres tú quien puede convertirlo en tu aliado o en tu enemigo.


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Bibliografía:

Simón V, Miñarro J (1990) El estrés: una perspectiva psicobiológica. En: JL Pinillos, J Mayor
(eds). Tratado de Psicología General. Alhambra, Madrid. (pp. 345-377).

Ursin, H. y Eriksen, H. (2004). Cognitive Activation Theory of Stress. Psychoneuroendocrinology, 29; 567–592. Visto en: http://www.wildferret.org/wildferret/wp-content/uploads/2014/02/Ursin2004.pdf

enero 3, 2015